Ciudad Juárez.-Don Luis Terrazas Hernández, un verdadero visionario, nació en la Mesa de Cristo Rey, Chihuahua. Desde joven, Luis mostró una pasión por la electricidad, que estudió por correspondencia mientras trabajaba en su taller mecánico. Su principal objetivo era mejorar el sistema de la manivela del arranque de los motores de automóviles, conocido como “cran”. Sin embargo, comprendió que esta técnica pronto sería reemplazada por la energía eléctrica almacenada.
Con esta visión, Don Luis enfocó sus esfuerzos en crear una batería que mantuviera la carga durante un tiempo considerable. A los 20 años, decidido a encontrar un mercado para su invento, se mudó a Monterrey, Nuevo León. Sabía que esta ciudad, con su creciente número de automóviles, era el lugar ideal para su producto.
En Monterrey, Don Luis instaló su primer taller eléctrico en la esquina de las calles Aramberri y Zaragoza, a unas cuadras del Palacio de Gobierno. Después de exhaustivas pruebas, presentó su primer acumulador eléctrico, al que puso sus iniciales como nombre.
Muchos creen que las siglas LTH tienen algún significado técnico, pero en realidad, estas letras representan el nombre de su fundador, Luis Terrazas Hernández. Con su innovación y determinación, Don Luis no solo transformó la industria automotriz, sino que también dejó un legado perdurable en la historia de la tecnología mexicana.




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